El internet de las cosas o IoT (Internet of Things, por sus siglas en inglés) es un concepto que se basa en la interconexión de productos como vehículos, electrodomésticos u otros integrados con componentes electrónicos, software y sensores que permiten a estos objetos conectarse e intercambiar data.

El número de dispositivos con capacidad para conectarse aumentó un 31% desde 2016 a 6.4 billones en 2017, según un estudio realizado por Gartner, y llegará a 20.8 billones a 2020 (excluyendo smartphones, tablets y computadores). 

«Para el año 2020, los dispositivos interindustriales dominarán la cantidad de elementos conectados utilizados en la empresa», señala Jim Tully, Ex VP Distinguido Analista de Gartner. 

Al poder combinar estos dispositivos conectados con sistemas automatizados, es posible recopilar información, analizarla y crear una acción para ayudar a alguien con una tarea en específico o aprender de un proceso. En realidad, esto abarca desde espejos inteligentes hasta termómetros y más allá, haciendo que su trascendencia sea sumamente importante tanto en ámbitos económicos como social; mayor incluso que la era digital. 

Un ejemplo de esto podría ser que gracias al IoT nuestros refrigerados pueden ser capaces de medir la cantidad de alimentos restantes en su interior y encargar al proveedor especificado los elementos agotados. Así, nunca tendremos que preocuparnos de comprar leche, huevos o nuestros jugos favoritos. El frigorífico medirá continuamente el stock y actuará independientemente en consecuencia.

Business Insider Intelligence pronosticó que habrá casi 15 millones de dólares en inversión agregada de IoT entre 2017 y 2025, según encuestas realizadas que muestran que los planes de las compañías para invertir en soluciones de IoT se están acelerando. 

Muchos fabricantes están colocando sensores a los componentes de sus productos para que puedan transmitir datos sobre cómo están funcionando. Esto puede ayudar a las empresas a detectar cuándo es probable que un componente falle y cambiarlo antes. 

Las empresas también pueden usar los datos generados por estos sensores para hacer que sus sistemas y sus cadenas de suministro sean más eficientes, ya que tendrán datos mucho más precisos sobre lo que realmente está sucediendo.

«Con la introducción de recopilación y análisis de datos integrales en tiempo real, los sistemas de producción pueden volverse mucho más receptivos», dicen los consultores McKinsey.

El Internet of Things es el siguiente gran paso de la industria tecnológica. Este permitirá abrir un mundo de posibilidades incalculable, mayor incluso que el que abrió en su momento la era digital.